miércoles, 29 de agosto de 2018

~ Capítulo I ~

Era un bonito día para pasear, el primer pensamiento de Tomás al salir de su hogar.
¿Quién podría advertirle que ese sería su día de suerte? Encontrar algo de dinero en el camino podía ser una señal, pero se le olvidó el acontecimiento una vez guardó el par de billetes en el bolsillo de su abrigo.
Una vez que llegó donde sus amigos alguien llamó su atención, se trataba de alguien fuera de su círculo habitual.
- Tomy, ella es Linda, una amiga que se mudó recientemente a la ciudad, estaba pensando en que podrías recomendarla en tu trabajo, a lo mejor la podemos ayudar.
Algo movilizó su pecho al momento que ella tímidamente le sonrió pero lo ignoró pensando que podría ser alguien más a conquistar o rechazar, dependiendo lo que pudiera pasar.
- Mucho gusto, Linda, veremos en qué te puedo ayudar.
Tomás nunca supo que ella sintió lo mismo al conocerlo, y que el momento en que él se dirigió a ella su corazón dio un vuelco que provocó un rubor excesivo en su rostro. No obstante, acostumbrada a su timidez aprendió a llevar las situaciones para escapar de la incomodidad.
- Igualmente, Tomás, luego veremos eso, de momento hay que disfrutar la compañía.

Una semana después, la misma persona que los presentó, intercambio sus números... grave error, o quizá no.

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