miércoles, 29 de agosto de 2018

 ~ Capítulo II ~

- ¡Hola, Tommy! Soy Linda, la muchacha que conociste la semana anterior, nos presentó un amigo en común y él mismo me dio tu número, dijiste que me ayudarías o tratarias, para conseguir un trabajo.

Casualmente él había estado pensando en ella esos días, y las vueltas de la vida le entregaron un mensaje de ella, él sabía que conseguirle un trabajo era lo que menos haría pero podía ofrecerse a mostrarle la ciudad.

- ¡Hola, Linda! Qué bueno leerte, no te aseguro serte útil en lo del trabajo pero al menos puedo mostrarte un poco la ciudad, y a lo mejor encuentras algún anuncio de empleo.
- Oh, está bien, no te preocupes, de momento tomaré la oferta del paseo porque ciertamente no conozco nada ésta ciudad y mucho menos gente en ella, sólo a Javi que nos presentó, y alguno que otro de los que me presentaron ese día pero creo que tuve más afinidad contigo que con el resto de la gente ahí.
- Te comprendo, suele pasar... entonces, pon fecha y hora que esta semana tengo libre de trabajo y demás.
- ¡Genial! ¿Te parece muy pronto hoy en la noche? Me apetece comer algo fuera hoy y despejarme un poco de todo el lío de la mudanza.

Tomás lo dudó por un momento, no creía que ella accederia tan pronto pero definitivamente no iba a desperdiciar esa oportunidad.

- De acuerdo, son apenas las 3, ¿te parece si paso por ti cerca de las 7?

Unos segundos después él tenía ya todos sus datos y extrañamente se sintió ansioso todo el día por verla hasta que al fin llegó la hora y tuvo que esforzarse mucho por disimular sus ganas de abrazarla cuando la vió.
Todas esas emociones eran tan nuevas en él, no eran las típicas ganas de llevarla a la cama   como solía pasarle con todas, era algo más...

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